domingo, 12 de octubre de 2008

V. El Gobierno de la Iglesia - La Cabeza, el Fundamento

Cuando hablamos de la naturaleza de la Iglesia nos referimos a la composición y esencia de la misma.

Ya hemos dicho que la Iglesia de Cristo, en su sentido universal, se compone del “número completo de los elegidos que han sido, son o serán reunidos en uno bajo Cristo, su cabeza; y es la esposa, el cuerpo, la Plenitud de Aquel que llena todo en todos” (Confesión Bautista Cap. 26. Párrafo 1)

Esta Iglesia Universal está compuesta de santos visibles los cuales se reúnen en iglesias locales. Las Iglesias locales y visibles son la manifestación de la Iglesia Universal.

La confesión de 1689, al respecto, dice: “Todas las persona en todo el mundo que profesan la fe del evangelio y obediencia a Dios por Cristo conforme al mismo, que no destruyan su propia profesión mediante errores fundamentales o conductas impías, son y pueden ser llamados santos visibles; y de tales personas todas las congregaciones locales deben estar compuestas”. Cap. 26, Párr. 2

Algunos plantean que pueden ser miembros de la Iglesia Universal e invisible sin necesidad de unirse con una Iglesia Local y visible. Este concepto es erróneo[1] porque la manifestación visible de la Iglesia de Cristo solo se da a través de Iglesias locales visibles. Casi siempre que el Nuevo Testamento habla de Iglesias lo hace en términos de una COMUNIDAD O ASAMBLEA local de santos visibles reunidos en el nombre de Cristo.

Si alguien pretende ser miembro de la Iglesia de Cristo pero no se reúne con los santos visibles en una Iglesia local, no ha logrado comprender la naturaleza de la Iglesia.

Salmo 133:1, 3 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna.

Hebreos 10: 25 No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Hechos 2:44, 46-47 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Membresía o composición de la Iglesia

Siendo que solo existe una Iglesia de Cristo la cual es universal y se expresa a través de las Iglesias locales, entonces analicemos cuál es la naturaleza de la Iglesia local.

La Biblia enseña que la Iglesia se compone de aquellos que han sido regenerados por el Espíritu Santo y han sido traídos eficazmente al arrepentimiento de sus pecados y a la fe en nuestro Señor Jesucristo.

Hechos 2:47 Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 6:1, 2; 8:3; 9:1; 9:26; 11:26

Siendo que la Iglesia local está compuesta de salvos, y teniendo en cuenta que para ser salvo es necesario haber creído en Cristo, entonces solo las personas que hayan sido capacitadas por Dios para creer en Cristo como Salvador y Señor podrán ser miembros de la Iglesia local.

Algunas iglesias locales solo bautizan a los adultos como iniciación de su vida cristiana y como un recibimiento a la membresía de la iglesia local, pero con esto no se afirma que los hijos de los creyentes son paganos y ajenos a las bendiciones de haber nacido en un hogar creyente.

Es deber de los padres el enseñar a sus hijos la fe cristiana y los principios divinos para una vida que honre al Señor.

Los padres deben enseñar los mandamientos de la Ley de Dios a sus hijos. Deuteronomio 6:4-9

Los padres deben criar a sus hijos en disciplina y obediencia al Señor. Efesios 6:1-4

Trataremos a fondo el tema de la membresía de la Iglesia en el capítulo VI.

EL GOBIERNO DE LA IGLESIA

Lastimosamente, en medio de la confusión que se evidencia hoy en el mundo cristiano, muchos ignoran, desconocen, o abusan lo que se llama el gobierno de la Iglesia. Algunos rechazan la idea de gobierno y desean tener congregaciones donde “el espíritu” les dirija en todo lo que hagan, sea esto administrativo, espiritual, cultual, doctrinal o práctico. Pero ¿Cómo les guía el Espíritu? Esto lo buscan a través de experiencias extáticas, impresiones en la mente, sueños, visiones y otros medios místicos. Pero la verdad es que el modelo bíblico no aprueba esta forma de ser guiados o dirigidos. En el lado contrario encontramos a los que insisten en un sistema jerárquico de gobierno con una cabeza visible sobre toda la iglesia para que esta sea guardada del error, pero nuevamente las Escrituras rechazan esta idea de tener una megacabeza visible sobre la Iglesia. Entre estos dos polos hayamos multitud de sistemas de gobierno eclesiástico, la mayoría ideadas y acomodadas por sistemas puramente humanos.

Pero ¿Nos da la Biblia algún principio que pueda guiarnos en un modelo bíblico de gobierno para la Iglesia? Aunque se que el tema es difícil, especialmente por las diversas interpretaciones que los creyentes le han dado, a través de la historia, a este asunto, estoy convencido que las Escrituras dan unos principios fundamentales para el sistema de gobierno de la Iglesia. Todo sistema de gobierno debe contener estos principios básicos, de lo contrario estará violando la voluntad de la cabeza, que es Cristo.



UN BOSQUEJO DEL MODELO BÍBLICO DEL GOBIERNO DE LA IGLESIA


Jesús la cabeza de la Iglesia


El E.S. es el vicario de Cristo quien gobierna a través de la Palabra Revelada


Los apóstoles son el fundamento


Los apóstoles ordenaron pastores o ancianos u obispos para que administren la predicación de la Palabra, las ordenanzas y la disciplina en la Iglesia


Los diáconos son ayudantes de los ancianos en los aspectos materiales de la congregación.


Los miembros – sin ellos no hay iglesia

Debemos empezar afirmando que toda iglesia bíblica tiene el poder y autoridad, delegado por Cristo, para administrar sus asuntos espirituales. (Mateo 18:15-20; 1 Co. 5:1-13). “En estos pasajes, el receptor definido de este poder es la Iglesia local. Aun la iglesia local en Corinto, con todos sus problemas, posee este poder. Su completa suficiencia es indicada por la mención de las llaves del reino en Mateo 18:18,19. en 1 Corintios 5, se indica esta suficiencia mediante la afirmación de que en su asamblea estaba presente el poder del Señor Jesús (v. 4) y mediante el mandato de expulsar al inicuo en los versículos 7 y 13; el origen de este poder es, claramente, Cristo mismo (Mt. 18:20; 1 Co. 5:3-5). El propósito específico de este poder incluye aun la excomunión de un miembro de la iglesia (Mt. 18:17; 1 Co. 5:7,13), pero también Mateo 18:20 indica la adoración.”[2]


Jesús es la cabeza de la Iglesia Universal y de la Iglesia Local.

“La cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo, en quien, por el designio del Padre, todo el poder requerido para el llamamiento, el establecimiento, el orden o el gobierno de la Iglesia, está suprema y soberanamente investido”. Confesión Bautista, Cap. 26, art. 4

- Efesios 5:23 “porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.” . La Iglesia no puede tener otra cabeza porque la Iglesia mantiene con Cristo la misma relación que el esposo tiene con la esposa. Es decir, solo Cristo puede interesarse completa y perfectamente en el interés y bienestar de la Iglesia, porque ella es una con él, pues él la compró para si mismo con el propósito de salvarla, cuidarla y protegerla.

- Efesios 5:24 “Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” Este pasaje deja muy claro que la Iglesia debe obedecer voluntariamente los mandamientos y principios de Jesucristo. Mas adelante estudiaremos que los pastores son líderes en las Iglesias locales, pero la Biblia jamás aprueba que estos puedan legislar o mandar cosas contrarias a lo mandado por Cristo. Las Iglesias locales solo están obligadas a obedecer a Jesucristo como su cabeza. Esto no quiere decir que los pastores o ancianos deben ser desatendidos en sus enseñanzas o exhortaciones, ya que ellos son directamente responsables de administrar el gobierno de Cristo, solamente basados en los mandatos divinos y no en sus caprichos o imaginaciones.

- La Iglesia Católica Romana cree que Jesucristo es la cabeza invisible de la Iglesia, pero también afirma que esta necesita una cabeza visible que represente o sea vicario de Cristo en la tierra. Esta teoría no encuentra apoyo en las Escrituras porque la Biblia en ningún sentido nos habla de dos Iglesias, una invisible y otra visible. Solo hay una Iglesia de Cristo la cual se expresa a través de Iglesias locales visibles. (Ya hemos visto que podemos hablar de Iglesia invisible solo en el sentido de que nosotros no podemos ver cómo el Espíritu de Dios une a un miembro con otro en el cuerpo de Cristo y en sentido de que nosotros no sabemos quiénes realmente han sido regenerados por el Espíritu y por ende pertenecen a la Iglesia verdadera). Por lo tanto siendo una sola Iglesia y un solo cuerpo, solo tiene una cabeza, la cual es Cristo. Los pastores o ancianos no son cabeza sino mas bien administradores de la Palabra del Evangelio.

- Alguna vez leí estas palabras: “Antes de la reforma había un Papa en la Iglesia, después de la reforma hay un Papa en cada iglesia”. Esta frase refleja el descarrío que ha sufrido la Iglesia en estos últimos tiempos. Nuevamente está regresando el sistema papal de gobierno autoritario a través de una persona “ungida”. Muchas Iglesias evangélicas se han convertido en un nuevo reino medieval dirigido por una persona que se aprovecha de la necesidad religiosa de las personas para explotarla.

Otros pasajes que nos dejan ver a Jesús como única cabeza de la Iglesia son:

- Efesios 1:22-23 “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”

- Efesios 4:15-16 “sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

- Colosenses 1:18-20 “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.”

- Colosenses 2:9-10, 19 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.”

- Colosenses 3:11 “donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos”.

Jesús gobierna a la Iglesia no solo como su salvador que está unido orgánicamente con el cuerpo, sino que también lo hace como Rey, él tiene la autoridad y gobierna a su Iglesia. Mateo 16:18, 19; Mateo 23:8, 10; Juan 13:13; I Corintios 12:5; Efesios 1:20-23; Efesios 4:4, 5, 11, 12

Jesús gobierna a su Iglesia porque él Instituyó a la Iglesia del Nuevo Testamento. (Mateo 16:18). Instituyó los medios de gracia que la Iglesia local y visible debe administrar: La palabra y las ordenanzas: El bautismo y la Santa Cena. (Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15,16; Lucas 22:17-20; I Cor. 11:23-29). Dio a la Iglesia los oficiales y la constitución que la rige. (Mateo 10:1; 16:19; Juan 20:21-23; Efesios 4:11-12). El siempre está presente en la Iglesia cuando ella se reúne para la adoración colectiva. (Mateo 10:40; II Cor. 13:3).

Si Jesús es la cabeza de la iglesia entonces no podemos aceptar a un director humano que actúe como cabeza visible de la misma. No solo la iglesia de Roma viola este principio, poniendo una cabeza universal visible, sino que muchas iglesias locales y denominaciones también ponen al lado de Cristo otras cabezas, creando un organismo deforme. “Se reconoce que Cristo es la Cabeza cuando se le permite controlar las actividades de la Iglesia, decidir sus asuntos y supervisar cada departamento”[3] Ninguna persona o junta directiva, o sínodo, o presbiterio o directiva denominacional tiene la facultad para legislar sobre los asuntos de las iglesias que están a su cargo. Solamente Cristo, a través de su Palabra revelada, puede dictar leyes y ordenar los asuntos espirituales de la misma. Cuando un pastor, presbiterio o sínodo legislan sobre la iglesia están desconociendo la autoridad máxima de Cristo como cabeza y señor de ella. “Conviene destacar aquí que una cosa es hablar de Cristo como Cabeza y cosa muy distinta reconocerlo en la práctica. Hay quienes derramarían hasta la última gota de sangre por sostener que Cristo es la cabeza de la iglesia, pero a la par niegan la doctrina al asumir la posición de dictadores casi absolutos en la asamblea.”[4]

Jesús gobierna a su Iglesia como Rey. “El es Rey de cada alma viviente. Él la traslada del reino de las tinieblas. Él la trae a la sujeción a Él mismo. Él gobierna y reina sobre la misma. Cada creyente reconoce a Cristo como su soberano absoluto; Señor de su vida interior así como de la exterior. Le entrega a Él toda la sumisión de la razón, de la conciencia y del corazón. Hace de Él el objeto de la reverencia, del amor y de la obediencia. En Él confía para ser protegido de todos los enemigos, visibles e invisibles. En Él se apoya esperando la ayuda para cada emergencia y para el final triunfo. Es a Él que se adhiere la lealtad del creyente. El propósito dominante de la vida deviene el comportarse como buen soldado de Jesucristo, darse y ser usado en Su servicio y en el avance de Su reino.”[5]

Ahora, para entender el gobierno y Señorío absoluto de Cristo sobre la Iglesia debemos entender que ésta forma parte del Reino de Dios. El Señor reina sobre toda la creación, sea esta material o espiritual. Nada escapa de su gobierno. Pero la Iglesia expresa de manera clara y visible el perfecto Señorío y Reinado de Cristo. Las profecías del Antiguo Testamento apuntaban a esto:

Números 24:17 “Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel”.

2 Samuel 7:16 “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.”

Isaías 9:6-7 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”

Salmo 2:7-8 “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.”

Daniel 7:13-14 “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.”

Miqueas 5:2 “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.”

Zacarías 9:9 “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”


Todas estas profecías apuntaban hacia le venida, en carne, del Mesías. Esto indica que Jesús es Rey eterno que gobierna sobre el Reino de Dios. Siendo la Iglesia la expresión visible y clara de ese reino, en la actualidad, entonces podemos afirmar que Jesús reina como Cabeza y Señor de la Iglesia. Nadie más puede tener estas aspiraciones. Ni Obispo, ni sínodo, ni junta de pastores, ni apóstol, no profeta, ni ninguna otra persona. En el Nuevo Testamento hayamos que Cristo es descrito y catalogado como ese Rey prometido en las profecías del Antiguo Testamento.

Lucas 1:31-33 “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

Mateo 3:2 “Y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”

Marcos 1:14 “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios”

Muchos creyentes interpretan estos pasajes como refiriéndose, exclusivamente, a un reinado milenial que vendrá antes del fin. Pero es una interpretación muy corta y pobre el restringir el reinado de Cristo solamente en ese aspecto. El Nuevo Testamento nos presenta a Cristo Reinando y gobernando sobre su nuevo pueblo, sobre su nuevo Israel, es decir, la Iglesia. “Nada hay mas cierto, así, conforme a las Escrituras, que el hecho de que Cristo es Rey; y consiguientemente si queremos retener la verdad acerca de Él y de Su obra, tenemos que considerarlo como tal en nuestra teología y religión”[6]

Todos los hombres que reconocen el Señorío de Cristo conforman su reino, un reino que no tendrá fin. La Iglesia es esa comunidad, local y universal, que reconoce el gobierno soberano de Cristo, pero no un gobierno o autoridad compartida, mas bien Cristo gobierna absoluto.

Cristo como cabeza y Rey de la Iglesia debe ser reconocido, no solo como Salvador, sino como Señor y Dios (Jn. 20:28) “entonces evidentemente estamos no sólo obligados a adorarle, sino también a obedecerle. Tenemos con Él la misma relación que tiene un esclavo con su amo, excepto que nuestra sujeción a Él es voluntaria y gozosa… Es su Voluntad y no la nuestra la que debe gobernar nuestra conducta y determinar el uso que hagamos de nuestras capacidades. Todo lo que ganemos, sea de conocimiento, de riqueza, de influencia, es de Él. Él, y no nosotros mismos, es el objeto o fin de nuestra vida. Es Cristo la vida de los creyentes. Su gloria y el avance de Su reino son los únicos objetos legítimos a los que pueden dedicar sus capacidades y recursos; son los únicos fines consecuentes con su relación con Cristo, y con el pleno goce de la bendición que logra la membresía en Su reino”[7]

¿De qué manera gobierna Cristo a su Iglesia?

La Iglesia Católica Romana y las Iglesias que utilizan el sistema episcopal de gobierno acusan al resto de las Iglesias de no tener una cabeza visible que mantenga la unidad doctrinal de la Iglesia. Pero, realmente estas “cabezas visibles” lo que han hecho es actuar y legislar contrario a la voluntad de la única cabeza verdadera de la Iglesia.

¿De qué manera práctica gobierna Cristo a la Iglesia actualmente, siendo que él no está personalmente hoy día gobernando desde Jerusalén o alguna otra ciudad?

El Señor Jesús gobierna a su Iglesia por el ministerio actual del Espíritu Santo quien es su vicario o representante.

Cuando Jesús estaba próximo a partir de esta tierra consoló a la Iglesia, representada por sus discípulos, diciéndoles que él continuaría presente en medio de los creyentes a través del Espíritu Santo. Este vicario continuaría gobernando a la Iglesia inspirando a los Apóstoles para que recordaran las enseñanzas de Jesús y nos guiaran a toda la verdad. Juan 14:16-18 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 18No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

El vicario de Cristo se encarga de guiar a la Iglesia para que haga la voluntad del Padre. Su Palabra revelada es la guía mas segura, como dice Pedro en una de sus cartas, pero él también puede guiar a los santos mediante impresiones o situaciones que nos indiquen un trabajo especial. No se trata de impresiones personales, las cuales más bien son imaginaciones de los hombres, sino de sentires que inquietan a todo el liderazgo o la asamblea para que hagan una obra especial. Hechos 16:6-10 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. 8Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. 9Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.

Realmente Jesucristo sigue gobernando a Su Iglesia, porque el Espíritu Santo es el mismo Señor. 2 Corintios 3:17,18 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

El Espíritu Santo gobierna a la Iglesia porque él es el alma de la misma. Él une a los creyentes al cuerpo de Cristo mediante su bautismo sobrenatural, el preserva la doctrina de la Iglesia verdadera dándoles entendimiento para interpretar Su Palabra revelada a través de los apóstoles y profetas, él habita en la Iglesia puesto que ella es su templo, el Espíritu guía la adoración de los santos, él da dones especiales a los miembros de la Iglesia para su edificación constante.

Debo insistir en este punto que la manera eficaz como el Espíritu Santo gobierna a la Iglesia es a través de la Palabra Escrita. Si una Iglesia o creyente o ministro no conoce, ni estudia, ni se somete, solamente, a la autoridad de la Palabra Escrita (Biblia), sino que pretende encontrar otras formas de ser gobernado por el Espíritu, los tales no se están sometiendo a su real Autoridad, sino que están buscando la guía de sus imaginaciones o intereses personales. La Palabra de Dios, en su forma escrita, es la forma perfecta y clara que utiliza el Espíritu Santo para dirigir a la Iglesia de Cristo, incluso, cuando el Espíritu capacita a hombres para que guíen a la Iglesia, reclama de estos, iluminándoles, que escudriñen las Escrituras y hablen todo lo que está de acuerdo son la doctrina bíblica. Sin un sometimiento total a las Escrituras reveladas, no hay gobierno ni Señorío de Cristo, y mucho menos, guía del Espíritu.

Cristo gobierna, por el Espíritu Santo, a través de los apóstoles.

Jesús comisionó a los apóstoles, en la representación de Pedro, para que edificaran sobre la roca del Evangelio a la Iglesia de Cristo. Todo lo que esté fuera de este fundamento no pertenece a la Iglesia de Cristo. Mateo 16:16-18 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Las verdaderas Iglesias están siendo edificadas sobre el fundamento establecido por los Apóstoles, los cuales fueron ordenados como guías de la Iglesia. Aunque ellos no están vivos para dirigir personalmente las Iglesias, lo hacen a través de las enseñanzas y directrices que dejaron, por inspiración del Espíritu Santo, en las Sagradas Escrituras. Hoy día no necesitamos este ministerio apostólico como lo reclama la Iglesia de Roma, ni como lo predican algunos grupos neo-carismáticos. Efesios 2:19-22 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. (Hch. 1:20-26)
Apoc. 21:14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

[1] Aunque pueden darse situaciones especiales en las cuales un verdadero convertido no encuentra una asamblea de creyentes en su localidad o nación. Esto sería un caso excepcional, y no le quita su membresía en la Iglesia Universal. De todas maneras el Señor de la Iglesia proveerá para que prontamente puedan encontrarse otros convertidos y juntos establezcan una comunidad o Iglesia local.
[2] Waldrom, Samuel. Exposición de la confesión Bautista de fe de 1689. Evangelical Press. Páginas 322-323.
[3] MacDonald, William. Cristo amó a la Iglesia. Páginas Orientadoras. Página 19.
[4] Ibid. Página 19.
[5] Hodge, Charles. Teología Sistemática. Volumen II. Ed. Clie. Página 231.
[6] Hodge, Charles. Teología Sistemática, Volumen II. Ed. Clie. Página 229.
[7] Ibid. Página 232.

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